martes

Retorno al hogar




En el programa de mano de Hasta que la muerte nos separe se resalta con mayúsculas que se trata de una comedia. Pero este dato tiende a pasarse por alto al ver la foto de Mirta Busnelli con la cara desencajada de dolor. ¿Será una comedia negra? ¿Otra familia disfuncional a escena? Hasta que la muerte nos separe formó parte del ciclo de lecturas de obras francesas contemporáneas y ahora realiza una nueva temporada en la Ciudad Cultural Konex. Tras la muerte de la abuela, una madre y su hijo se reencuentran en el funeral. Solemnidad, cansancio y tristeza en sus caras. Llegan del cementerio. Repiten los lugares comunes del caso: cuánta gente los acompañó o qué hacer con las cenizas. Un primer momento intenso, que se sostiene a partir de gestos mínimos. Queda instalado el tono de la obra, pequeño, intimista.
Luego, una serie de equívocos predecibles y hasta ridículos organizan la trama. Paralelamente se procesan, silenciados y a destiempo, momentos significativos en la vida: la muerte, el amor y el matrimonio. Y también la pregunta ¿cuándo se deja, por fin, de ser “hijo”? Hasta que la muerte nos separe pareciera ceñirse a la idea de Antón Chejov de hacer una obra de teatro equivalente a la vida. Una obra donde la gente no haga otra cosa que comer mientras se van forjando sus destinos y se van destruyendo sus vidas. Y aunque prometía comedia negra, Hasta que la muerte nos separe termina alivianándose. Incluso por demás. Y se queda solamente en una serie de enredos y mentiras pueriles.
El gran atractivo de la obra, sin embargo, recae en las actuaciones. Mirta Busnelli compone a una madre balbuceante, en pleno duelo. Se puede mostrar frágil y lúcida, incisiva y errática al mismo tiempo. Está bien secundada por Javier Lorenzo, en quien recae también el papel de narrador y protagonista. El espacio escénico está utilizado con economía y alcanza una rara belleza poética: pocos objetos, gran poder de evocación. Va en la misma línea que Paul Desveaux utilizó para la dirección de actores: intensidad realista y quiebres estetizados que buscan sintetizar un resultado. Hasta que la muerte nos separe nos brinda un placer incompleto: disfrutar del trabajo de excelentes actores a pesar de la poca ambición del texto del francés Rémi de Vos.


Ficha técnica:
Con Mirta Busnelli, Javier Lorenzo y Céline Bodis
Dirección: Paul Desveaux
Escenografía: Sol Sotto y Paul Desveaux

Sábados y Domingos a las 20.00 hs.
Ciudad Cultural Konex – Sala B – Sarmiento 3131, Buenos Aires
Reservas: Tel 5237-7200 - www.ticketek.com.ar
Entradas: desde $ 50.- estudiantes y jubilados $ 35.-


Publicada en Tiempo Argentino, 5 de julio de 2010.