miércoles

mobilis in mobili

Jueves a la noche, noche de teatro. Fui a ver Mobilis in mobile, dentro del ciclo Cero cinco. Este proyecto surge de la reflexión sobre el concepto de efemérides, seleccionando a distintos personajes de la historia con el único requisito de que el 05 marque la fecha de su nacimiento o muerte. Que un ciclo ponga en un mismo universo de sentido a Greta Garbo, Julio Verne, Jean Paul Sartre, Christian Dior, Friedrich Schiller y Miguel Cané es, de por sí, un logro de Szuchmacher, "curador" de la muestra.
Mobilis in mobile conmemora, entonces, la muerte de Julio Verne en 1905. Una pantalla enorme preside el espacio escénico. Varios micrófonos. Una mesa larga mantiene bastante espaciados un metrónomo, un tocadiscos, una radio y otros elementos que la oscuridad no permite distinguir. Estamos avisados, la tecnología y sus implicancias (que tanto dieron que hablar en el último festival de teatro) van a ser relevantes aquí.
Guillermo Heras, Rita Cosentino y Bárbara Togander son los responsables de la idea original y de su realización. Como punto de partida, se acercaron a Verne a partir del lenguaje. Qué difícil.
Una conferencia sobre los "nombres inventados" con que Verne trabajó va siendo coptada por ese mismo juego con el lenguaje, su musicalidad, su distorción. Se pasa de una lengua a otra como de un instrumento a otro hasta lograr una panlengua, única y múltiple más cerca del sonido que del significado. De la taxonomía a la glosolalia. Y así como se yuxtaponen y exponen los objetos en la mesa, lo mismo pasará con las palabras que componen el espectáculo.
Paradójicamente, lo más teatral es la proyección de Viaje a la luna, de Georges Mélies. Vemos a estos hombres de frac transportarse a una luna enmerengada, dormir con frazadas, interactuar con los selenitas y volver. Aunque también está intervenida (tiene sobreimpresiones, flechas, dibujos y nombres), la película es una joyita y está bueno poder verla. Además, se crea un efecto extraño cuando se la vuelve a pasar pero al revés. En síntesis, el espectáculo resulta una aproximación a Julio Verne de la mano de Samuel Beckett. Se propone como algo conceptual y superculto (cuantos más idiomas hables, más entendés de la obra) pero termina siendo un poco banal y esencialista de los pueblos cuando reflexiona por la realización de las invenciones de Verne. En todo caso, me faltó lo que para mí es sinónimo de Verne: más aventura. Beckettianos no se la pierdan, yo paso.

para más datos sobre el ciclo cerocinco y los horarios de las obras ver acá.

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