martes

Shangay

A lo largo de sus ocho escenas vemos cómo una pareja rompe. La situación está tratada con humor y liviandad, a veces apelando a la identificación. Provoca risa observar lo patético que se puede llegar a ser. ¿Quién no estuvo en una situación como ésta?, se pregunta uno de los personajes. Pero la obra no termina acá.

Cada escena está enmarcada por un número musical. A veces a cargo de las actrices, otras a cargo de los actores. Vemos a la pareja bailando en un boliche, un show sadomaso light o una canción de amor en el piano. Lo que predomina es la exhibición de los cuerpos pero en general la calidad de las coreografías lleva la misma marca: un estándar berreta del que se habla en la misma obra.

Sin embargo, el gran protagonista de Shangay es el espacio. La ambientación oriental con sus farolitos chinos, elefantes hindúes y proyección de estampas japonesas construyen un pastiche que se impone por sobre todo lo demás. La disposición de la sala incluye al público en esta “noche temática oriental.” El escenario queda a un costado y los actores circulan por todo el salón. Se cita indiscriminadamente a lo chino, coreano, japonés, camboyano o tailandés en una mezcla que no admite diferencias y que, si quedaba alguna duda, nos remite directamente a la eterna clase media argentina y muchos de sus clishés.

“Shangay, té verde y sushi en ocho escenas” se estrenó en el Abasto Social Club y ahora realiza una nueva temporada en el Maipo Club. Está escrita, dirigida y protagonizada por José María Muscari.
Con: Ideth Enright, Mariana Plenazio, Paula Schiavon, Fernando Sayago y Liliana Weimer.
Viernes y Sábados, 23:30 hs. En el Maipo Club, Esmeralda 433, tel: 4322 4882
Con la entrada se incluye una bebida, sushi y té verde.

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